Buenos Aires tiene las obras más importantes de Antoine Bourdelle (1861-1929) uno de los grandes escultores de fines del XIX- principios del XX.
A escasos metros de su Monumento al General Alvear, considerado con justicia entre las cinco maravillas de la escultura ecuestre en la historia del arte, se encuentran “El Último Centauro” y “Heracles, el arquero” que sufrió, días atrás un artero ataque que significó la mutilación del arco.
La agresión al patrimonio artístico público, lejos de ser una novedad, tiene como antecedente cercano el descornamiento del Ciervo de Georges Gardet (1863-1939) ubicado en el Rosedal.
Los saqueos se ensañan, por unos pocos pesos obtenidos en la venta del bronce como chatarra, sobre obras de inmenso valor, no solo artístico, sino también económico. A menudo incluso, el acto vandálico tiene pretensiones plásticas como en el caso de los graffiti.
Otro ejemplar de “Heracles” se vendió hace ya 25 años en casi dos millones de dólares. El comprador fue Sylvester Stallone. Un “cast” de la versión pequeña de la obra se adjudicó un mes atrás en u$ 365.000.
Más allá de la responsabilidad directa de las autoridades, es imprescindible que todos los vecinos tomemos conciencia del privilegio que significa vivir en una ciudad con un patrimonio artístico excepcional, que nos legaron nuestros mayores. Y que actuemos en consecuencia. CMP www.carlosmariapinasco.com
Best Audemars Piguet Replica Watches
