Koek Koek Stephen
Stephen Koek-Koek procede de una dinastía con más de 15 miembros notables dentro de la pintura del Reino de los Países Bajos.
Sin embargo, nuestro artista nació, tal vez casualmente en Londres, el 15 de octubre de 1887. Su llegada a nuestro país, a través de la Cordillera se produce en 1914, después de haber vivido en Lima y Valparaíso. Se instala en Mendoza donde tiene mujer y un hijo (que luego abandona) y realiza su primera exposición.
Deambula más tarde por Buenos Aires, Montevideo, Rosario y Bahía Blanca, exponiendo y vendiendo sus obras.
Padeció una crónica inestabilidad emocional. Agravada por sus adicciones al alcohol y a la droga, que lo recluyen en 1926 en el hoy Hospital Borda. En sus momentos de euforia paseaba, en cambio, por la calle Florida, traje blanco, luciendo sombrero Stetson, bastón de caña de Malaca fumando un grueso cigarro.
El 20 de diciembre de 1934 es encontrado muerto en un cuarto de hotel sumamente humilde de Santiago de Chile. Se habla de asesinato pero el enigma nunca se revela. El parte médico establece un paro cardíaco.
Su obra, que evolucionó desde el impresionismo temprano hasta el expresionismo más desenfrenado, recorre reminiscencias londinenses, canales holandeses, fragatas y barcas, cardenales y místicas procesiones como los que acá se muestran. Sus mercados, con fondos cordilleranos o sin ellos, han sido sido "situados" en los lugares más diversos, desde Bolivia al Oriente. Diría que son de la afiebrada creatividad de este genio-loco de vida novelesca.
Sin embargo, nuestro artista nació, tal vez casualmente en Londres, el 15 de octubre de 1887. Su llegada a nuestro país, a través de la Cordillera se produce en 1914, después de haber vivido en Lima y Valparaíso. Se instala en Mendoza donde tiene mujer y un hijo (que luego abandona) y realiza su primera exposición.
Deambula más tarde por Buenos Aires, Montevideo, Rosario y Bahía Blanca, exponiendo y vendiendo sus obras.
Padeció una crónica inestabilidad emocional. Agravada por sus adicciones al alcohol y a la droga, que lo recluyen en 1926 en el hoy Hospital Borda. En sus momentos de euforia paseaba, en cambio, por la calle Florida, traje blanco, luciendo sombrero Stetson, bastón de caña de Malaca fumando un grueso cigarro.
El 20 de diciembre de 1934 es encontrado muerto en un cuarto de hotel sumamente humilde de Santiago de Chile. Se habla de asesinato pero el enigma nunca se revela. El parte médico establece un paro cardíaco.
Su obra, que evolucionó desde el impresionismo temprano hasta el expresionismo más desenfrenado, recorre reminiscencias londinenses, canales holandeses, fragatas y barcas, cardenales y místicas procesiones como los que acá se muestran. Sus mercados, con fondos cordilleranos o sin ellos, han sido sido "situados" en los lugares más diversos, desde Bolivia al Oriente. Diría que son de la afiebrada creatividad de este genio-loco de vida novelesca.