Mitolo Ricardo
Nace en Bs As , Argentina, el 5 de diciembre de 1962, pintor autodidacta, su padre, un Italiano y “pintor también” lo introduce en el mundo del arte al verlo pintar en su casa y es ahí donde comienza a sentir el extraordinario “olor a óleo.”
Sus primeros trazos fueron hechos sobre una libreta que le obsequiaron a sus 9 años, mas tarde llegarían trabajos con lápices de colores, previo a su introducción al óleo.
La adolescencia transcurre descubriendo un abanico de pintores, entre ellos a Miguel Angel con su inmensa Capilla Sixtina, el gusto por la lectura y su curiosidad lo introducen cada ves mas en el mundo de la pintura y es cuando descubre a Van Gogh, luego llegan los Impresionistas franceses , Monet, Sisley, Pizzarro, el español Joaquín Sorolla con sus contrastes lumínicos. En sus frecuentes visitas a los Museos llega la oportunidad de conocer el Arte Argentino. Este, caracterizado sobre todo por Fernando Fader, quien a través de su obra le transmite el encanto por el paisaje y la pasión de pintar al aire libre, también, descubre a pintores como Atilio Malinverno , B. Cesáreo Quiróz, y Oscar Vaz, y entre ellos a Alfredo Lázzari , quien mas tarde fuera maestro de Benito Quinquela Martín, pintor Italiano que llega a la Argentina en el año 1897 y deslumbrado por el paisaje de la ribera se afinca en La Boca , dejando una serie de obras muy íntimistas, en tamaños generalmente chicos, pero de una frescura y una luminosidad asombrosa. En Lázzari descubre que pintó y frecuentó los mismos lugares donde hoy, en otro momento, pero con el mismo encanto, el instala su caballete..
Sus trabajos, óleos, acuarelas y dibujos, nos introducen en los alrededores del barrio que lo vio nacer y aun hoy habita, “La Boca”, las recorridas por el Parque Lezama, la Costanera Sur, la ribera del puerto, el barrio Alfredo Palacios o Catalinas Sur (donde reside) son lugares comunes donde va descubriendo nuevos rincones y siempre observando los cambios de luces y sombras. Quizás sin proponérselo va dejando testimonio de “su” lugar, y hoy atesora trabajos de paisajes de su niñez, ya inexistentes en el barrio producto de los cambios urbanos.
Su inquietud como pintor esta sobre todo en el efecto de la luz sobre los objetos y la atmósfera, tarea nada fácil de plasmar, focaliza su observación en los cambios que deja el paso de las horas, sobre todo en el cielo, las perspectivas, las luces entre los follajes, los distintos matices en otoño. Su fascinación por el paisaje agreste lo lleva a sus recorridas por lugares donde predominan la vegetación y lo alejan un poco de lo urbano. Se puede observar telas con una irregular cantidad de materia producto del uso de espátula, donde el actor principal es el “árbol”, desde jacarandaes, seibos, eucalíptus, y fresnos (sobre todo en otoño), pero también, hay cuadros de hortensias recogidas de los jardines del barrio, barcas, o viejos conventillos. No le preocupa si la pintura que realiza no corresponde con la época o si el tema es banal, también sabe que el momento actual, pide otra cosa, pero su propósito, es pintar solo por el placer de hacerlo y sentir el encanto y la sensación indescriptible de trabajar al aire libre, tal cual lo hacían su antecesores, y que solo puede experimentarlo el que lo practica.
Algunos de sus trabajos se encuentran en Italia, (Bari) lugar de nacimiento de su padre, y en España.
Sus obras fueron expuestas, en el “Museo Municipal Histórico Regional Alte Brown” de Bernal, en el “Teatro de la Ribera” de la Boca, en la Escuela de Adultos “Manuel Belgrano”, en el Bar “La Perla” (Paseo Caminito), en la Compañía de Seguros “La Caja”, en la “Asociación Catalinas Sur”, y en varias muestras colectivas.
Sus primeros trazos fueron hechos sobre una libreta que le obsequiaron a sus 9 años, mas tarde llegarían trabajos con lápices de colores, previo a su introducción al óleo.
La adolescencia transcurre descubriendo un abanico de pintores, entre ellos a Miguel Angel con su inmensa Capilla Sixtina, el gusto por la lectura y su curiosidad lo introducen cada ves mas en el mundo de la pintura y es cuando descubre a Van Gogh, luego llegan los Impresionistas franceses , Monet, Sisley, Pizzarro, el español Joaquín Sorolla con sus contrastes lumínicos. En sus frecuentes visitas a los Museos llega la oportunidad de conocer el Arte Argentino. Este, caracterizado sobre todo por Fernando Fader, quien a través de su obra le transmite el encanto por el paisaje y la pasión de pintar al aire libre, también, descubre a pintores como Atilio Malinverno , B. Cesáreo Quiróz, y Oscar Vaz, y entre ellos a Alfredo Lázzari , quien mas tarde fuera maestro de Benito Quinquela Martín, pintor Italiano que llega a la Argentina en el año 1897 y deslumbrado por el paisaje de la ribera se afinca en La Boca , dejando una serie de obras muy íntimistas, en tamaños generalmente chicos, pero de una frescura y una luminosidad asombrosa. En Lázzari descubre que pintó y frecuentó los mismos lugares donde hoy, en otro momento, pero con el mismo encanto, el instala su caballete..
Sus trabajos, óleos, acuarelas y dibujos, nos introducen en los alrededores del barrio que lo vio nacer y aun hoy habita, “La Boca”, las recorridas por el Parque Lezama, la Costanera Sur, la ribera del puerto, el barrio Alfredo Palacios o Catalinas Sur (donde reside) son lugares comunes donde va descubriendo nuevos rincones y siempre observando los cambios de luces y sombras. Quizás sin proponérselo va dejando testimonio de “su” lugar, y hoy atesora trabajos de paisajes de su niñez, ya inexistentes en el barrio producto de los cambios urbanos.
Su inquietud como pintor esta sobre todo en el efecto de la luz sobre los objetos y la atmósfera, tarea nada fácil de plasmar, focaliza su observación en los cambios que deja el paso de las horas, sobre todo en el cielo, las perspectivas, las luces entre los follajes, los distintos matices en otoño. Su fascinación por el paisaje agreste lo lleva a sus recorridas por lugares donde predominan la vegetación y lo alejan un poco de lo urbano. Se puede observar telas con una irregular cantidad de materia producto del uso de espátula, donde el actor principal es el “árbol”, desde jacarandaes, seibos, eucalíptus, y fresnos (sobre todo en otoño), pero también, hay cuadros de hortensias recogidas de los jardines del barrio, barcas, o viejos conventillos. No le preocupa si la pintura que realiza no corresponde con la época o si el tema es banal, también sabe que el momento actual, pide otra cosa, pero su propósito, es pintar solo por el placer de hacerlo y sentir el encanto y la sensación indescriptible de trabajar al aire libre, tal cual lo hacían su antecesores, y que solo puede experimentarlo el que lo practica.
Algunos de sus trabajos se encuentran en Italia, (Bari) lugar de nacimiento de su padre, y en España.
Sus obras fueron expuestas, en el “Museo Municipal Histórico Regional Alte Brown” de Bernal, en el “Teatro de la Ribera” de la Boca, en la Escuela de Adultos “Manuel Belgrano”, en el Bar “La Perla” (Paseo Caminito), en la Compañía de Seguros “La Caja”, en la “Asociación Catalinas Sur”, y en varias muestras colectivas.